Como todos estamos viendo en los medios de comunicación la situación de estrés hídrico debido al cambio climático por la que están pasando nuestros montes es alarmante, valga como ejemplo el gran incendio forestal que estamos viendo en Castellón, incendio que no estamos acostumbrados a ver en un mes de marzo, pero que desde los Servicios Públicos de UGT venimos alertando que esta situación será más frecuente cada vez. 
Denunciamos una vez más la pasividad de la Administración y la falta de previsión para minimizar o evitar estas situaciones y que hemos sufrido en Almería año tras año ya que lo que se denominaba periodo de bajo riesgo de incendios forestales dejó de existir como tal. Todas las predicciones meteorológicas indican que el mes de abril será uno de los más calurosos de los últimos 30 años, con temperaturas de 3 grados por encima de lo habitual, aun así, la Administración sigue manteniendo el dispositivo incompleto hasta el 15 de mayo en los que se encontraran operativos solo 17 retenes, el 75%, lo que supone 47 bomberos menos.
Teóricamente deben de existir 32 retenes con 224 bomberos.
De la misma forma de los 14 camiones de extinción existentes en la provincia, gran parte de ellos se encuentran con tripulaciones incompletas o sin ellas.
Cabe señalar la importancia de los puestos de vigilancia, ya que son los primeros en dar la voz de alarma ante cualquier posible incendio forestal, propiciando la rápida intervención de los medios y evitando que se convierta en un gran incendio forestal. Hay 8 en la provincia y estarán cerrados para abril.
Desde los Servicios Públicos de UGT venimos alertando de esta situación, insistiendo que debido a la situación climática que nos encontramos ya no tiene sentido mantener el dispositivo bajo mínimos en la época de bajo y medio riesgo ya que el riesgo de incendios forestales es alto todo el año.
Una vez más se pone en grave riesgo nuestro patrimonio forestal ya que la Administración siempre tiene el mismo “modus operandi”, si sufriéramos un gran incendio la explicación sería que el dispositivo estaba cubierto pero que el incendio ha tenido un comportamiento imprevisible o que era un incendio de sexta o séptima generación, para así, no asumir ningún tipo de responsabilidades, pero al final quienes sufrimos las consecuencias somos todos los andaluces que perdemos parte
de nuestro patrimonio forestal y a veces la vida.